Monday, May 17, 2021

LA HISTORIA DE LAS APARICIONES DE LA VIRGEN MARIA EN SAN DAMIANO A MAMA ROSA (ITALIA)

 

Mamma Rosa Quattrini,
vidente de la Virgen María y Nuestro Señor Jesús

El 29 de Septiembre de 1961, en la fiesta de San Miguel Arcángel, en un pequeño pueblo al Norte de Italia, San Damiano, una humilde madre de familia moribunda, Rosa Quattrini, es curada repentinamente en su casa por una joven que la visitaba.

En Mayo de 1962, en el transcurso de su peregrinación a San Giovanni Rotondo para visitar al Padre Pio, aquella joven se da a conocer a Rosa como “Madre de la Consolación y de los Afligidos”.         
El 16 de Octubre de 1964, La Virgen Santísima se aparece a Rosa por primera vez en su jardín, encima del peral, y le da el primer Mensaje que ella deberá transmitir al mundo entero :

"MI PEQUEÑA, VENGO DE MUY LEJOS. ANUNCIA AL MUNDO QUE TODOS DEBEN REZAR, QUE JESÚS YA NO PUEDE LLEVAR LA CRUZ. QUIERO QUE TODOS SE SALVEN, LOS BUENOS COMO LOS MALOS. SOY LA MADRE DEL AMOR, LA MADRE DE TODOS, TODOS SON MIS HIJOS, ¡POR ESO QUIERO QUE  TODOS SE SALVEN POR ESO HE VENIDO, PARA LLEVAR EL MUNDO A LA ORACIÓN, PORQUE LOS CASTIGOS ESTÁN CERCA. VOLVERÉ CADA VIERNES, Y TE DARÉ MENSAJES, DEBES DARLOS A CONOCER AL MUNDO."

A partir de ese día, empieza la gran misión de Mamma Rosa. La Santísima Virgen se le aparecerá continuamente y le dará numerosos Mensajes dirigidos al mundo entero, hasta su muerte en 1981.

LA HISTORIA COMPLETA DE LAS APARICIONES DE SAN DAMIANO


Cuando su esposo, Federico Buzzini murió en el año 1910, Rosa que ha quedado viuda, al volver del cementerio fue a la iglesia con sus cuatro pequeñas hijas. Delante del Santuario dijo:
“Jesús, confío en ti, que vas a sustituir a mi marido y al padre de mis hijas. Te consagro mis hijas, para que sean todas tus esposas. Que se haga tu voluntad, Jesús y no la nuestra.” Llamó al párroco y le pidió que bendijera a todos.
“Te doy mis hijas y yo misma para siempre”.

Tres de sus hijas entraron al convento y Rosa, la cuarta, se casó a los 28 años con Guiseppe Quattrini. En el tercer embarazo, el médico aconsejó un aborto terapéutico. Rosa se negó categóricamente, afirmando:
“Este niño es de Dios, él es el que me lo dio”. El parto era muy complicado y la salud de Rosa empeoró progresivamente. El 24 de Septiembre una misteriosa dama la visitó. Poco antes del mediodía, una desconocida joven mujer tocó a la puerta. La tía Adele, que vivía con la familia, fue a abrir. La mujer, muy bonita, llevaba el traje de las campesinas de la región. La visita venía a buscar 500 liras para las obras del Padre Pio. La tía le contestó que entre todos no tenían más de 1000 liras, las cuales, por otra parte, se habían pedido prestadas. La visita se volvió hacia Rosa que guardaba cama en el fondo de la pieza.

“¿Tienes fe en el Padre Pio?” le preguntó.
“Si, tengo gran confianza en él. Le ruego hace tiempo, pero aún no me cura”.
“Si tienes confianza en el Padre Pio, él te hará curar”.
En ese momento sonó el mediodía y la dama le dijo:
“Recemos el Ángelus” y luego, acercándose a Rosa, añadió:
“Vamos, levántate”.
“No puedo levantarme, tengo dolores demasiado fuertes”.
“¡Dame la mano, trata!”
“No puedo”
“¡Dame la otra!”
Rosa se levantó y juntas rezaron el Ángelus. Tras el Ángelus, la dama añadió:
“Ahora digamos cinco Padrenuestro, Ave y Gloria por las intenciones del Padre Pio, en honor de las cinco heridas de Nuestro Señor”.
La Dama trató las heridas de Rosa, las que se cerraron inmediatamente.
“Irás a ver al Padre Pio”.
“No tengo ni dinero, ni prenda de vestir”.
“Tendrás lo que sea necesario”

Cuando la Señora había salido, la tía Adele fue a pedir, frente a la imagen de Nuestra Señora:
“Madonna querida, asegúrame que el Padre Pio reciba estas 500 liras”.
Entonces oyó una voz fuerte, que era indudablemente la del Padre Pio:
“Cree y confía en la curación de Mamma Rosa”.

Algunos meses más tarde, en Mayo de 1962, Rosa realizó un peregrinaje a San Giovanni Rotondo en Foggia, donde vivía el Padre Pio.
En la mañana, mientras rezaba el rosario en la plaza de la iglesia de San Giovanni, oyó repentinamente un llamado: “Rosa, Rosa”.
Se dio vuelta y vio con sorpresa a la Dama.
“¿Me reconoces?”
“Si”, respondió Rosa, “eres la Dama que me ayudó para mi curación”.
“Soy la Madre de la Consolación, la Madre de los Afligidos. Dígalo en San Damián y al médico que no quiso creer en tu curación. Tras la misa, nos encontraremos y te acompañaré a ver al Padre Pio”.
Así fue. En cuanto estuvieron ante el Padre Pio, la Virgen desapareció.

El Padre recibió a Mamma Rosa y le ordenó a asistir a los enfermos, sobre todo espiritualmente, durante dos años.

Ella misma dice, que durante este período, oía una voz interior que le decía que debía volver a cuidar enfermos. Todos eran enfermos próximos a la muerte. Durante estos años fue muy a menudo a ver al Padre Pio, llevando enfermos. Cuando la tía Adele contrajo una pulmonía, fue de vuelta a verla. Cuando se confesó con el Padre, este le dijo que ya no dejara su casa, que rogara delante de la pequeña capilla de San Miguel, para que le ilumine, le guíe, le asista y le defienda, ya que le ocurrirá un gran acontecimiento y que se prepare a rezar.

El 16 de octubre, mientras sonaba el mediodía del campanario, Rosa recitaba el Ángelus, oyó una voz que la llamaba del exterior, con una voz suave:
“Rosa, Rosa, ven aquí, te espero”.
Mamma Rosa en éxtasis bajo el Peral

Rosa cuenta que vio una nube blanca descender del cielo, era una luz brillante y repleta de estrellas de oro y plata. Contenía también un número incalculable de pétalos de rosas de todos los colores, que caían, tapando el suelo del jardín. Un momento después, emergió de la nube un gran globo rojo que se ubicó sobre el peral. Entonces, la nube desapareció y la Madonna apareció rodeada con una viva luz. El manto de la Madonna era muy ligero y flotaba al viento, parecía cubrir el mundo entero Tenía un vestido azul con un cinturón blanco, desde donde colgaba un rosario con cuentas resplandecientes que terminaban en un crucifijo fulgurante, cuya imagen de Jesús crucificado parecía viva. “De sus manos salían grandes rayos luminosos que me tocaban la cara y todo mi ser”.

Nuestra Dama de las Rosas, recordando su papel de Madre, se instaló en este pequeño jardín y daba un Mensaje:
“Mi pequeña, vengo de muy lejos, anuncia al mundo que todos deben rezar, que Jesús ya no puede llevar la cruz. Quiero que todos se salven. He venido para llevar al mundo a la oración, porque los castigos están cerca, volveré cada viernes y te daré mensajes que debes dar a conocer al mundo”.
“Soy solamente una pobre granjera, nadie me creerá, me encarcelarán”.
“No estés asustada, te dejaré un signo: Este árbol de peras florecerá”.

La vidente y el Peral de las Apariciones

Bulto luminoso de la Santísima Virgen en el Sol
sobre el Peral de las Apariciones en San Damiano

En el mismo momento Nuestra Señora desapareció de la vista y el árbol se cubrió de flores tan profusas que apenas se podía ver el follaje.
Nuestra Señora llamó a este lugar: Su pequeño Paraíso. La Virgen, después de esta aparición, dio muchos Mensajes para el mundo, hasta la muerte de Mamma Rosa en 1981. Desde ese día en adelante la Virgen aparecería el primer Viernes de cada mes.

LA FUENTE DE AGUA MILAGROSA


El 21 de Octubre de 1966 María solicita que se cave un pozo en “su pequeño paraíso”, detrás del árbol de pera.
El 2 de Diciembre fue encontrada agua a una profundidad baja, a doce metros los cavadores encontraron una roca muy dura.
Esta roca no fue rota hasta 1967 y fue tanta el agua que manó que la bomba no podía dar abasto.
Mamma Rosa no estaba contenta con esa profundidad y pidió cavar a 17 metros de profundidad.
Y una cantidad inagotable de agua fue encontrada allí.
Esta agua no pierde su calidad al ser puesta en botellas plásticas y al ser guardada.
Mientras que toman esta agua los peregrinos deben rezar 10 Ave María y repetir tres veces:
“Virgen María Milagrosa de las Rosas, libera nuestros cuerpos y almas de todas las dolencias.”

AMPLIACIÓN DEL PEQUEÑO PARAÍSO






En 1968 Nuestra Señora dice a Mamma Rosa que le indicará el tamaño y las características que debe cubrir su pequeño paraíso, bendiciendo así el área en la cual se erigiría un basílica y allí fue comprado un predio.
En 1974 en el área conocida como Cascinotta, en una colina cerca de Rizzolo, aproximadamente a 5 kilómetros del San Damiano se adquirió el predio.
Esta área tiene una superficie de 44 acres, la misma área del tamaño de la ciudad de Vaticano. Se llama el Jardín de Rosas.

AVE MARIA GRATIA PLENA!

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